Vladimiro Z. Alger
Nació en la cd. de México el 18 de Febrero de 1940. Hijo de Jose Lorenzo Zelaya Romero y Leslie Alger Paz Baraona, el quinto hijo de una familia de 10 hermanos. Creció en Cd. Juárez y la Cd. de México bajo el cuidado y amparo de “mami Chonita” la nana que lo cuidaba mientras su madre perseguía sus metas de servicio público. Su padre era ingeniero y fue un exitoso constructor.
Sus primeras memorias son cuando su familia vivía en un campamento rural de Recursos Hidráulicos en la frontera con Estados Unidos cerca al El Paso, Texas que estaba a cargo de su papá. Valdimiro fue muy libre y feliz en esos años. El recordaba jugar en la alberca, al béisbol y también le encantaba pescar. Los vecinos tenían sembrados de sandías, melones y elotes los cuales a él le gusta ir y asaltar sus cosechas.
Uno de sus juguetes favoritos fue una bicicleta que le regalaron en Navidad. Con ella jugaba carreras con sus amigos, también disfrutaba jugar al trompo, el balero y a las canicas.
Sus padres fundaron una escuela primaria para los niños que vivían en el campamento a la que él asistió, pero la secundaria y la preparatoria las estudió en Cd. Juárez.
Cuando él tenía 14 años su familia se mudó a la Cd. de México donde estudió en el Instituto Politécnico Nacional. En la Cd de México, vivieron en la colonia del Valle en la calle Concepción Beistegui. Durante esos años, él tuvo muchos amigos como los Quiroga, el Enano, la Rata, el Tarado, Eduardo el Cantador, los Heredia y muchos más. En esa época conoció a Maria Guadalupe Heredia Cabarga (Piti), la hermana de sus amigos Jaime, Guillermo y Maria Luisa. A pesar de que le llevaba 7 años de edad y que ella tenía otros amigos, él acabó por conquistarla.
Él la enamoró con muchas rosas amarillas, escribiéndole versos y dándole un chocolate de coco todos los días. Cariñosamente, él le decía: “Pecas”. Ellos se casaron el 8 de mayo de 1965. Mañana estarían cumpliendo 57 años de casados. Tuvieron cuatro hijos, Guillermo Vladimir, Pablo Yuri, Tania Lorena y Alejandro.
Vladimiro trabajó muchos años en computación y sistemas en la Cd. de México, Guadalajara, Monterrey y Aguascalientes. En el año 1972 mudo a su familia a Chihuahua. Ahí se establecieron en Colonia Juárez donde encontraron una comunidad que los acogió y nuevos amigos que los introdujeron a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Después de 25 años en Colonia Juárez, se mudaron a Puerto Rico a vivir con la familia de su hijo mayor Guillermo. Después de vivir unos años en la Isla del Encanto, regresaron a Utah donde finalmente se establecieron en Spanish Fork.
Vladimiro fue un hombre que estuvo al lado de Piti en todos sus proyectos. Mientras ella trabajaba en el Silver Company o mientras ella enseñaba clases de inmersión en Español, él fielmente le construía ayudas visuales, le hacía instalaciones de programas de cómputo y participaba en sus clases ayudando a los niños a aprender Español. Su devoción era tal que el distrito escolar le dio un gafete de ayudante. El resolvía cualquier desafío que se presentaba.
Él tenía una habilidad e inteligencia única para reparar cualquier cosa. Un reloj, una transmisión, una computadora, un carro, un aire acondicionado, una televisión. Seguramente él ya está arreglando cualquier cosa que necesite reparación en el cielo.
Con una personalidad peculiar y única, Vladimiro fue muy querido por todos los que lo conocieron. Sus amigos más cercanos de su vida adulta fueron Felipe Taylor y Roman Luevano.
Le sobreviven su esposa Piti, sus hijos Guillermo, Yuri y Tania; sus parejas, Angelica, Claudia y Edgar; sus nietos, Natalia, Guillermo, Alec, Gustavo, Ricky, Kenneth, Gabriella, Alan, Paola y Yurito. Sus hermanos, Ileana, Leslie, Tania, Elena, Armando y una extensa familia a quien recordaba y amaba a la distancia.
Creemos que él está ahora en la feliz compañía de su hijo Alex que partió de esta vida hace muchos años. Su legado permanecerá en nuestros corazones para siempre.
Vladimiro Z. Alger
He was born in Mexico City on February 18, 1940. Son of Jose Lorenzo Zelaya Romero and Leslie Alger Paz Baraona, the fifth child in a family of 10 siblings. He grew up in Cd. Juárez and Mexico City under the care and protection of “mami Chonita”, the nanny who took care of him while his mother pursued her public service goals. His father was an engineer and he was a successful builder.
His earliest memories are when his family lived in a rural Water Resources camp on the US border near El Paso, Texas that was managed by his dad. Valdimiro was very happy in those years. He remembered swimming in the pool of his house, playing baseball, and he also loved fishing. The neighbors had fields of watermelons, melons and corn which he liked to go and raid their crops.
One of his favorite toys was a bicycle that was given to him for Christmas. He enjoyed playing races with his friends, he also enjoyed playing trompo, balero and canicas.
He attended an elementary school his parents founded for the children who lived in the camp, later he attended middle school and high school in Cd. Juárez.
At the age of 14, his family moved to Mexico City where he studied at the Instituto Politecnico Nacional. In Mexico City, they lived in La Colonia del Valle. During those years, he had many friends like Los Quirogas, el Enano, la Rata, el Tarado, Eduardo el Cantador, los Heredia and many more. At that time he met Maria Guadalupe Heredia Cabarga (Piti), the little sister of his friends Jaime, Guillermo and Maria Luisa. Despite the fact that he was 6 years older than her and that she had other friends, he ended up conquering her.
He made her fall in love by giving her many yellow roses, writing her poems and giving her coconut chocolates every day. He lovingly would call her “Freckles”.
They were married on May 8, 1965. Tomorrow they would be celebrating 57 years of marriage. They had four children, Guillermo Vladimir, Pablo Yuri, Tania Lorena and Alejandro.
Vladimiro worked for many years in computing and systems in Mexico City, Guadalajara, Monterrey and Aguascalientes. In 1972 he moved his family to Chihuahua. There, they settled in Colonia Juárez where they found a welcoming community and new friends who introduced them to the Church of Jesus Christ of Latter-day Saints.
After 25 years in Colonia Juárez, they moved to Puerto Rico to live with the family of their eldest son Guillermo. After living a few years there, they returned to Utah where they finally settled in Spanish Fork.
Vladimiro was a man who always supported Piti. While she worked at the family business The Silver Company or while she taught Spanish immersion classes, he faithfully built her visual aids, installed her software, and participated in her classes helping children learn Spanish. He solved any challenge that arose.
Vladimiro had a quirky and withdrawn personality; however, he was was well-liked and loved by all who knew him. His closest friends in his adult life were Felipe Taylor and Roman Luevano.
He is survived by his wife Piti, his children Guillermo, Yuri and Tania; his spouses, Angelica, Claudia and Edgar; her grandchildren, Natalia, Guillermo, Alec, Gustavo, Ricky, Kenneth, Gabriella, Alan, Paola and Yurito. His siblings, Ileana, Leslie, Tania, Elena, Armando and an extended family whom he remembered and loved from afar.
We believe that he is now in the happy company of his son Alex who departed this earth many years ago. Vladimiro’s legacy will remain in our hearts forever.
To leave condolences for the family, go to ww.legacyfunerals.com