Agustin García Gomar nació el día Jueves 28 de Mayo de 1936 en Cuautla Morelos, Mexico. Murió el jueves 13 de octubre de 2022 en Provo, Utah, EE.UU. Segundo hijo de Modesto García Toledo y Carmen Gomar Gracián.
Su madre murió cuando él tenía 5 años y quedó huérfano de su padre a los 12 años. Debido a esto, él desarrolló un instinto de supervivencia único que lo impulsó hasta los últimos momentos de su vida. Su niñez fue difícil y no tuvo oportunidad de estudiar más que 3 años de primaria. Sin embargo eso no frenó su deseo de progresar y prosperar.
Después de trabajar por 18 años como empleado, a la edad de 30 años junto con su esposa, emprendió un negocio de venta de autopartes al que llamó: “Refaccionaria Agustin”. Esta empresa proveyó para su familia y le dió la oportunidad de ayudar a los demás de innumerables formas. El entregó su vida al trabajo no con el afán de acumular riquezas, sino con el deseo de ayudar a los demás a ser felices. La sencillez personal fue un estandarte de su vida.
Se casó con Maria del Socorro García Molina el 13 de marzo de 1958 y procrearon una familia de seis hijos: Carmen, Guille, David, Agustin, Edgar y Dulce.
En Abril 1 de 1975, “Don Agus”, abrió las puertas de su casa y las puertas de su corazón a los misioneros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Este evento marcó un punto definitivo en su vida y la de su familia.
Mucha gente lo amó y sintió apego y aprecio hacia él. Múltiples jóvenes recibieron su apoyo y amor por lo que lo consideraron como un padre. Una característica de su vida fue compartir de su abundancia con los demás.
“Don Agus” tuvo un profundo amor por la vida, siempre viendo un nuevo día como una nueva oportunidad. Enfrentó sus retos con optimismo y con alegría pero siempre dijo: “que se haga lo que Dios quiera”. Con frecuencia al preguntarle cómo estaba, él respondía: “¡De maravilla!”
El fue un hombre ejemplar y su trato a los demás fue parejo y nunca vio a nadie como inferior. Todos “somos hijos de Dios” con frecuencia decía.
Durante los últimos años de su vida, se mudo a Provo para estar cerca a su familia. Esto no fué fácil para él debido a su amor por México y por su “pueblito” Cuautla, ”la tierra de Dios” como él le llamaba.
Le sobreviven su esposa Maria del Socorro, sus hijos Carmen, Guille, David, Edgar y Dulce, yernos y nueras, Marco Bolan, Monica Guirado, Joanna Wadell, Tania García y Paige Benjamín, así como veintiún nietos y once bisnietos (el último solo nació unas horas antes de su partida) y su cuñada Estela Garcia. Se reúne con su hijo Agustín, sus padres, su hermano Salvador, su cuñado Gonzalo y otros buenos amigos de él.
La mayor felicidad de “Don Agus” fueron su esposa, sus seis hijos, 21 nietos y 11 bisnietos a quienes quiso con todo su corazón. Su familia representa su mayor legado.